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Biodigestores de bajo costo - Para producir biogás y fertilizante natural
Qué problema soluciona

El biogás se genera de forma natural en los pantanos, donde la materia orgánica enterrada bajo el lodo sufre una digestión anaerobia por las bacterias presentes. Este gas es conocido como gas de los pantanos. Los biodigestores simulan ese mismo proceso natural, donde las bacterias transforman el estiércol en biogás y fertilizante, pero de forma controlada.

Los primeros biodigestores se realizaron en China a mediados del siglo XX. Eran biodigestores hechos de ladrillo que se asemejaban a ollas gigantes de cocina enterradas y cerradas herméticamente. Debido a la laboriosidad de la obra de este tipo de biodigestores, sus costes eran altos y hacían que esta tecnología no fuese accesible a las familias medianas y pequeñas productoras del ámbito rural con menores recursos.

A partir de los años setentas se desarrollaron biodigestores industriales en países desarrollados, donde grandes cantidades de materia orgánica producían ingentes cantidades de biogás, usualmente empleado para la generación de electricidad. Pero la tecnología tan compleja y sus altísimos costes de inversión alejaban aun más a los biodigestores de las familias con menores recursos y que no poseían cantidad de ganado. A finales de los ochenta se propusieron biodigestores familiares como tecnología apropiada al desarrollo, donde los costes de inversión son fácilmente recuperados por una familia en dos o tres años: es el nacimiento de los biodigestores de bajo costo.

El impacto de la utilización de los biodigestores

La actividad agropecuaria está siendo impulsada desde los gobiernos como parte de la estrategia para la reducción de la pobreza. El desarrollo agropecuario descontrolado implica ampliación de frontera agrícola, nuevos asentamientos humanos en zonas de colonización, mal uso de agroquímicos y contaminación, mal manejo de los residuos orgánicos, potencialmente contaminantes de acuíferos y ecosistemas, deforestación por consumo de leña tanto para cocinar como para usos productivos (secado de café, quesos, yogures, secado de frutas, etc.).

El consumo de leña en los hogares para cocinar, además de deforestación, implica problemas respiratorios, cáncer, irritación de ojos, y otras enfermedades, principalmente en mujeres y niños. Además, son estos dos grupos sobre los que recae la carga de trabajo de búsqueda y recogida de leña. Por todo esto, el desarrollo agropecuario debe ir acompañado de sensibilización, capacitación, tecnologías y normativas que permitan un desarrollo productivo sustentable.

Una familia que pueda disponer de unos 20 kilos de estiércol fresco al día, ya sea de dos o tres vacas, o de varios cerdos, o unas pocas decenas de ovejas, y que tenga acceso a agua, aunque no sea potable, durante la mayor parte del año, puede introducir un biodigestor de bajo costo en su modo de producción obteniendo:

Energía
El biogás es principalmente gas metano, muy parecido al gas butano y propano que se vende en garrafas. Se puede usar para cocinar, iluminar y calentar.

Producción
El biól producido es un fertilizante natural y gratuito, que mejora el rendimiento de los cultivos hasta un 30%. Se puede usar directo sobre la tierra, como pre-tratamiento sobre las semillas o de forma foliar. Si se tiene vacas lecheras, el empleo del fertilizante sobre los cultivos forrajeros como la alfalfa, aumenta su producción y calidad, y esto repercute en una mayor producción de leche de las vacas.

Salud familiar
Al quemar el biogás para cocinar no se producen humos, y tanto los pulmones de mujeres y niños, como las paredes de la cocina y ollas dejaran de estar cubiertos de hollín negro. De esta manera se previenen enfermedades respiratorias, irritación en los ojos y otras enfermedades.

Higiene animal
Al introducir el estiércol en el biodigestor se eliminan olores, focos de infección y moscas. El descenso en la población de moscas incide directamente reduciendo la mastitis en las vacas.

Medio ambiente
Al generar cada familia su propio combustible para cocinar ya no es necesaria la tala de árboles para convertiros en leña y se reduce la presión sobre el entorno.

Carga de trabajo y económica
El tiempo diario o semanal dedicado por las familias a recoger leña, o el dinero dedicado a la compra de combustible en las épocas de lluvias se sustituye por 20 minutos diarios que requiere el biodigestor para su carga con estiércol fresco y agua.

Tecnología sostenible
Al ser una tecnología sencilla, es accesible a cualquier persona sin conocimientos previos. Basta con instalar de forma guiada un biodigestor para conocer a fondo la tecnología, su manejo diario, su mantenimiento y modalidad de reparaciones. Todos los materiales se pueden conseguir en el mercado local, sin ser necesario importar nada del extranjero.

Baja inversión
El coste de un biodigestor familiar depende de su tamaño y este depende del clima. En climas fríos, el coste en materiales es entorno a 250 dólares americanos, mientras que en climas tropicales baja a 150 dólares. La inversión se recupera en dos a tres años por los ahorros producidos en gasto en combustible, tiempo y mejora de la producción.

Un biodigestor de bajo costo es un sistema sencillo y accesible que incide positivamente en varios de aspectos sobre la vida familiar, económica y productiva de los pequeños y medianos productores, sin ser una solución a todos los problemas, si es un recurso que aporta multitud de significativas mejoras.