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La recuperación de los centros historicos y su desarrollo integral
La Oficina del Historiador en la práctica

Desde 1981, y habiéndose declarado el Centro Histórico Monumento Nacional en 1978, el Estado proveyó al territorio de recursos financieros centralizados, contemplados en el presupuesto quinquenal de la economía nacional. Esta coyuntura hizo que en 1982 se le reconociera como Patrimonio Cultural de la Humanidad, junto al sistema de fortificaciones que defendía a la ciudad.

A partir de la crisis económica generada por la caída del bloque socialista, el Estado toma una decisión de vital importancia para la continuidad de la labor de rehabilitación: traspasar ya no los recursos financieros, sino dotar la propia Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana de instrumentos jurídicos y financieros que garantizaran un desarrollo social y económicamente sustentable. De una actividad subvencionada por el Estado central, la rehabilitación se transforma en un proceso rentable, que incluso, contribuye a la Nación.




Se han identificado seis premisas para garantizar una rehabilitación integral, sostenible y autofinanciada: voluntad y decisión política al mas alto nivel acompañando el proceso; reconocimiento de autoridad a una “entidad líder” única para coordinar la gestión de la rehabilitación (Oficina del Historiador de la Ciudad); establecimiento de un foro legal especial que faculta a dicha entidad para planificar integralmente el territorio, le traspasa patrimonio inmobiliario en usufructo y le permite desarrollar una serie de mecanismos para aplicar una economía descentralizada.

Las prerrogativas que se le reconocen a la Oficina del Historiador a partir de la proclamación del Decreto Ley Nº 143 de octubre de 1993 serán:

subordinación directa al Consejo de Estado
personalidad jurídica
capacidad de aplicación de política fiscal especial para la contribución a la rehabilitación
creación de un sistema empresarial propio para la explotación del turismo, y del sector terciario en general
creación de la Oficina del Plan Maestro, un equipo interdisciplinario, responsable de la planificación y gestión integral del desarrollo del Centro Histórico
ampliación de su estructura para garantizar toda la secuencia del proceso.

Para el desarrollo del modelo, la Oficina posee recursos humanos especializados, creando y consolidando una estructura organizativa con direcciones especializadas, departamentos y un sistema empresarial. Esta estructura tiene capacidad de conducir el proceso desde la planificación integral estratégica, en su sentido ambientalista más amplio (economía-sociedad-territorio-hábitat), hasta la recuperación física de inmuebles y espacios urbanos, comprendida la organización y conducción del proceso inversionista que lo garantiza y la posibilidad de gestionar la cooperación internacional.

El proceso rehabilitador se estructura vinculando conceptos de políticas del desarrollo integral, mecanismos de recuperación autofinanciada y de desarrollo cultural considerados desde el Plan de Desarrollo Integral, donde fueron establecidas cinco políticas fundamentales:

Salvaguardar la identidad nacional a partir de la investigación, promoción y desarrollo de la cultura.
Proteger el patrimonio heredado, rehabilitando el territorio a través de un Plan de Desarrollo Integral continuo y con fuerza legal. Este Plan se concibe como una “carta de navegación”, como una sumatoria de gestión participativa e instrumentos de planificación que hagan eficiente la conducción del proceso en su integralidad.
Evitar el desplazamiento de la población local, protegiéndola del impacto de la terciarización y establecer las densidades y calidad de vida adecuadas.
Dotar al territorio de una infraestructura técnica y de servicios básicos que aseguren su funcionamiento en correspondencia con las necesidades contemporáneas.
Lograr un desarrollo integral autofinanciado que haga recuperable y productiva la inversión en el patrimonio.

Asimismo, la Oficina cuenta con la capacidad para desarrollar un fuerte programa sociocultural y económico, con el objetivo de fomentar el desarrollo humano en su concepto más abarcador. Finalmente, la estructura actual garantiza también la administración del sector turístico, inmobiliario y terciario para la captación de los recursos financieros. Estas instituciones se orientan en cuatro grupos que garantizan el cumplimiento y la aplicación de las políticas establecidas en el Plan Especial de Desarrollo Integral, la proyección sociocultural, la obtención y administración de recursos financieros y la rehabilitación física.