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SOLWA - (SOLar WAter)
Qué problema soluciona

Un agua de escasa calidad juega un rol fundamental en las precarias condiciones de vida y de salud. Se considera que alrededor de 1,6 millones de personas podrían ser salvadas cada año si mejoraran las condiciones de acceso al agua potable, a los servicios de depuración y a la higiene. Actualmente, en el mundo, se cuentan por lo menos 50 conflictos entre estados por causas relacionadas a la propiedad, a la repartición y al uso del agua y es previsible que una disminución ulterior de los recursos hídricos agravara dichos conflictos y causará otros más. (Legambiente Veneto 2007). La distribución non homogénea del agua ha sido una de las mayores causas de las desigualdades sociales: la población de los países ricos (alrededor del 11% de la humanidad), además de poseer el 84% de la riqueza, consume el 88% de los recursos, incluyendo el agua.

Muchas tecnologías para la desalinización del agua se han desarrollado en particular en la zona tropical para resolver estos problemas. La desalinización es una tecnología en expansión en el mundo, con una producción de 26 millones de m3 cada día y con una inversión de 70 billones de dólares en los próximos 20 años (datos derivados de ESCWA 2001 – Informe de las Naciones Unidas).

Figura 1. Capacidad de las instalaciones de desalinización presentes en diferentes zonas (Häberle 2001 [40]).



La producción de agua desalinizada interesa sobretodo a los países industrializados, excluyendo los territorios que más necesitarían tecnologías que permitan el acceso de la población a un recurso primario como el agua.

El invernadero solar imita, en un sistema aislado, el ciclo natural del agua, forzando su rendimiento y su eficiencia. El mecanismo de hacer potable el agua se basa en la evaporación de la solución inicial, generando una condensación de vapor y obteniendo agua destilada y potable. Las sales y los agentes contaminantes de diferentes tipos presentes en la solución inicial permanecen en el fondo y por lo tanto se eliminan.

La explotación directa de la energía solar ha atraído siempre a los investigadores de diferentes sectores. El primer investigador que creó una instalación de desalinización solar a gran escala fue Carlos Wilson en 1872, en Las Salinas (Chile). Se realizó una instalación de 4450 m2 de invernaderos con una producción diaria de 17.8 m3, un rendimiento de 4 l/m2/día y una duración de la instalación, de 40 años. En los años ’40 se depositaron muchas patentes de destiladores solares pequeños y prácticos; se adaptaron para chalupas o naves y se usaron en la marina estadounidense [Telkes,1945]. Actualmente este tipo de instalaciones se utiliza casi sólo para actividades de investigación.

Estos invernaderos resuelven importantes problemas relacionados con la potabilización del agua. Se han ideado para desalinizar el agua marina, produciendo agua potable para el uso humano, se utilizan también en lugares aislados y prevén bajos costes de instalación y mantenimiento.

El invernadero SOLWA, por sus peculiaridades, presenta una amplia gama de aplicaciones, aportando simples modificaciones. De hecho permite depurar además de aguas ricas en sales, aguas que presentan contaminantes de varios tipos o con sólidos suspendidos. Permite desaguar fangos de deshecho derivados de instalaciones de depuración biológica. Permite estabilizar deyecciones zootécnicas, previniendo la contaminación de los terrenos y reduciendo el volumen de digestión de los mismos.

En particular, una característica del invernadero SOLWA es que no prevé costes de gestión, siendo alimentada únicamente por la energía solar, a diferencia de otras tecnologías convencionales del sector (ósmosis inversa, MSF, MED, electrodiálisis, etc.). No necesita de manutención y, una vez puesta en función, es inmediatamente operativa, sin la necesidad de conocimientos técnicos o de manuales específicos.

El SOLWA tiene una eficiencia del 56% respecto al 50% de los otros invernaderos solares. La producción estimada de agua en los países tropicales es de más de 10 l/m2/día. El invernadero no produce contaminación de ningún tipo, ni química ni térmica.