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Presentación

En 1987, la Oficina del PNUD en Bogotá realizó la producción de dos volúmenes que presentan las Tecnologías en la Erradicación de la Pobreza, con la participación de numerosas instituciones y academias de Bolivia, Brasil, Chile, Costa Rica, Cuba, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Haití, Honduras, México, Nicaragua, Perú, Paraguay, República Dominicana y Venezuela.

Más de veinte años han pasado después de la primera publicación de esta obra, pero su encanto no ha disminuido de ninguna manera. En los años en que se produjo, todavía no existía Internet, pero ya empezaba la carrera hacia tecnologías y máquinas cada vez más complejas, costosas y resultado de especializaciones muy sofisticadas. Muchas personas creían que la pobreza podía ser superada con políticas y tecnologías industriales. La verdad, mirando los datos, es que éstas han permitido seguramente la producción de riqueza, pero también han agravado la distancia entre los pocos ricos y la inmensa cantidad de pobres. Hoy en día, las tecnologías industriales afectan profundamente el trabajo, la economía, la vida social e incluso la vida emocional de cada individuo. No importa que muchas de ellas generen efectos colaterales negativos. Millones de vehículos crean tráfico y contaminan el aire, pero esto nos preocupa realmente sólo cuando el nivel de ventas disminuye. Millones de personas siguen pegados al vídeo, convencidos que los contactos electrónicos sean mejores que los humanos. Mil millones de kilo watt son producidos poniendo en peligro el único medio ambiente que tenemos. No importa que la dependencia de las tecnologías industriales mortifique las capacidades creativas y críticas de los individuos. Es el progreso basado en el crecimiento. Y cuando se llega a la inevitable crisis provocada por los graves desequilibrios de un desarrollo que descuida a la gente, los pocos que se benefician de esto levantan el espectro de la pobreza y del desempleo, y amenazando lo peor si no se retoma el camino que los hizo tan poderosos, el mismo que conduce a la pobreza.

Afortunadamente, las crisis también generan espacios nuevos de pensamiento y de acción para los actores críticos que quieren cambiar los modelos de desarrollo y tratar de resistir a la dependencia de la tecnología y a la competencia por el éxito individual en detrimento de otros. Estos actores críticos estarán encantados de leer esta publicación. No sólo por la sencillez y el ingenio de las soluciones propuestas. No sólo por los problemas abordados, que evocan un contacto sano entre los seres humanos, la naturaleza y los seres vivientes. No sólo por el bajo costo y fácil reproducibilidad de las tecnologías mencionadas. Sino también por el mensaje cultural subyacente que la obra contiene: la tecnología es un producto humano al servicio de las necesidades humanas. Cuando las tecnologías olvidan esta verdad, no consiguen reducir la pobreza o resolver los problemas que preocupan a la gente. Hoy en día, que el riesgo es global y la gente se siente más pobre y desorientada, el camino hacia un desarrollo más humano sigue siendo la única alternativa viable.

Sin duda, en los años que han transcurrido desde la primera publicación, las instituciones y los autores de las soluciones presentadas en la obra han continuado inventando, valorizando el conocimiento popular y mejorando las tecnologías para hacerlas más eficaces en la resolución de los problemas prácticos de la población. En 1987, esta publicación anticipaba las estrategias de cooperación Sur-Sur que hoy en día son una prioridad para muchos países de América Latina y para el PNUD. Un nuevo trabajo de difusión de tecnologías para el desarrollo humano, con la participación de diferentes países e instituciones es, sin duda, esencial.

La nueva edición de esta obra ha sido realizada por el Programa IDEASS, que trabaja justamente en la promoción de la cooperación Sur-Sur entre países, valorizando las metodologías y tecnologías para el desarrollo humano. Agradezco en particular los jóvenes expertos que han colaborado en el trabajo, Fernando Nicolás Bravo, Victoria Novales y Morgane Keramane por sus esfuerzos y profesionalismo.

Bruno Moro
Representante Residente del PNUD en Colombia
Coordenador Residente del Sistema de las Naciones Unidas en Colombia