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La ingeniería naturalística
La ingeniería naturalística en la práctica

Las intervenciones de ingeniería naturalística desarrollan cuatro funciones fundamentales:
• técnico-funcionales, por ejemplo antierosivas y de consolidación de una escarpadura vial o una orilla fluvial;
• naturalísticas, no sólo por la simple cobertura con plantas sino por la reconstrucción o la introducción de ecosistemas paranaturales mediante el uso de especies autóctonas;
• estéticas y paisajísticas, de “coser de nuevo” al paisaje natural circunstante;
• económicas, como estructuras competitivas y alternativas a obras tradicionales, como por ejemplo los muros de contención reemplazados por tierras reforzadas con pastos.

Los proyectos de ingeniería naturalística implican una amplia necesidad de trabajo multidisciplinario, puesto que entran en juego muchos factores además de aquellos estrictamente físicos, y una importante variedad de criterio, porque su realización prevé también objetivos sociales y ambientales, por lo general poco considerados o evaluados después. Estos proyectos se caracterizan por una fuerte relación con el territorio, el cual influye sobre las obras y cuya organización está a la vez condicionada por dichas intervenciones.

El principio fundamental para obtener un orden hidráulico-ambiental óptimo es el de intervenir con obras de defensa sólo si es realmente necesario. La necesidad está determinada por la existencia de un fenómeno (desorden) que provoca un daño inaceptable. La inaceptabilidad del daño está definida por la conveniencia. En la evaluación de la conveniencia se deben tener en consideración factores económicos (costo de la manos de obra y de su gestión con respecto al costo de los bienes por defender) y factores políticos (ambiente, paisaje, aprovechamiento, etc.).




Para minimizar el impacto ambiental es necesario evitar, siempre que sea posible, limitar la naturalidad. Los fenómenos erosivos o que tienden al derrumbe, de hecho, hacen parte de la dinámica natural, y no deben necesariamente limitarse.

Bajo la misma óptica, una vez establecida la exigencia de intervenir, un segundo criterio importante consiste en la reducción del problema aprovechando la capacidad del sistema natural mismo. Lo que en la práctica significa dejar el mayor espacio posible a las dinámicas naturales.

Los datos preliminares necesarios para la elaboración de la idea proyectual son los siguientes:
• topografía de la zona objeto de intervención;
• caracterización del régimen climático;
• datos sobre características del suelo;
• datos hidrológicos;
• caracterización geológica e geotécnica del área específica de la intervención;
• identificación de la vegetación del área.

Teniendo a disposición estos datos, es posible escoger entre una amplia variedad de intervenciones que por lo general se dividen en cuatro categorías, de las cuales tres ponen en evidencia la función (de recubrimiento, de consolidación, y completar) y una subraya, en cambio, el material de construcción (combinados).

Intervenciones de recubrimiento

Las obras de recubrimiento tienen un particular campo de acción dónde se necesita una protección rápida del suelo. La acción prioritaria es sin duda la de cubrir y proteger, mientras que tiene menor importancia la acción ejercida a nivel profundo. Entran dentro de esta categoría, la siembra oportuna de especies herbáceas y el transplante de terrones de hierba.

Intervenciones estabilizantes o de consolidación

Estas obras son utilizadas para estabilizar áreas amenazadas por acciones mecánicas desestabilizantes intensas, donde por lo tanto se hace necesario la consolidación del terreno a nivel profundo (Ej. Lechos de ramaje y Empalizadas)

Una intervención estabilizante típica, los “lechos de ramaje” ( Región Toscana, 2000-2001 )





Intervenciones combinadas

Las intervenciones combinadas son llamadas así porque se realizan con el uso conjunto de materiales de construcción vivos e inertes. Los materiales de construcción inertes permiten a las adecuaciones ser efectivas apenas son terminadas, mientras que la radicación y el desarrollo de las plantas vivas y /o de sus porciones, incrementa continuamente el grado de eficacia de las obras al crecer. Por lo general estas intervenciones, las cuales sostienen y consolidan escarpaduras y pendientes inestables, son realizadas antes de las intervenciones realizadas con materiales vivos (estabilizadores, de revestimiento y complementarios).




Intervenciones de conclusión

Las intervenciones de conclusión permiten proteger la vegetación implantada en la fase inicial y promover el desarrollo posterior, para alcanzar el fin establecido.

La colocación de una red en yuta para completar una intervención a lo largo de una orilla fluvial (Foto por Alessandro Petrone en Petrone A., F.Preti, 2005)




Intervenciones complementarias

Las intervenciones complementarias consisten esencialmente en plantaciones de especies vegetales arbóreas, de arbustos y en la siembra de especies herbáceas. Concretamente se trata de una categoría de obras que recoge las técnicas clásicas de reforestación de las cuencas de montaña.